A medida que las mujeres alcanzan y superan los 40 años, su estilo y sentido de la moda pueden evolucionar, reflejando una combinación de confianza, experiencia y un profundo conocimiento de sí mismas. Vivimos en una sociedad que alimenta y fomenta la juventud eterna. El paso del tiempo está mal visto y, aunque la industria de la moda ha avanzado en inclusión y diversidad, aún tiene mucho camino por recorrer para romper con la obsesión por la juventud.
Desde mi punto de vista, crecer y adquirir sabiduría, experiencias y conocimiento es una de las cosas más interesantes de la vida. Esto nos hace más soberanas de nosotras mismas, permitiéndonos conocer mejor nuestros gustos, estilo y preferencias. Para las mujeres, el paso del tiempo es un tema que nos afecta tanto consciente como inconscientemente. No solo influye en nuestra apariencia física, sino también a niveles más profundos, debido a las diferentes etapas de la vida y cambios hormonales, como la maternidad. Sin embargo, en la sociedad actual, estos factores de cambio no siempre son considerados, perpetuando mensajes estereotipados que no representan la realidad.
Aunque ha habido una evolución, donde diseñadores, marcas y medios de comunicación están destacando cada vez más a modelos y celebridades que representan esta demografía intentando comunicar de forma diferente, aún falta mucho por hacer. Hay un público que realmente quiere sentirse identificado con campañas de moda y belleza que los representen. Hace algún tiempo, me hice algunas preguntas: ¿Por qué pensamos en la moda y lo moderno solo en relación con los jóvenes? ¿Por qué no se piensa en personas de mayor edad? ¿Acaso, al envejecer, no tenemos derecho a vestirnos bien y con estilo? ¿Eso es solo para jóvenes con cuerpos hegemónicos? ¿Por qué hay prendas o lineamientos que son “mal vistos” después de cierta edad? ¿No es momento de cuestionarnos como mujeres y sociedad para ver cambios en esto?
Llegar a una determinada edad no debería limitarnos, sino impulsarnos a ser más auténticas y fieles a nosotras mismas. Nada más lindo que llevar los años con actitud, con la frente en alto y orgullosas de nuestras líneas de expresión, arrugas, marcas y cicatrices que nos hacen ser quienes somos. Con la moda ocurre lo mismo; los cambios corporales a lo largo del tiempo no deben imponer limitaciones. Es completamente falso pensar que hay restricciones para vestirnos bien a cualquier edad.
No es necesario buscar la validación ni el empoderamiento de las marcas, ya que muchas mujeres ya lo tienen por sí mismas. Muchas no creen en las dificultades que otras atraviesan, pues tienen claro lo que les sienta bien, cuál es su estilo y, sobre todo, priorizan la calidad, siendo fieles a las marcas que saben que funcionan.
¿Cuál es la clave?
La clave está en conocerse a una misma y saber lo que le gusta. En base a esto, todo lo demás viene solo.
¿Qué quiero decir con esto? Que para vestirnos, sin importar el estilo y la prenda, lo más importante es el autoconocimiento, que va de la mano con la actitud con la que llevamos nuestras prendas. Esto es la clave para ser libre y poder ponerte lo que te haga sentir mejor sin vergüenza. Los 40 son una edad en donde nos realizamos muchos cuestionamientos y, si bien la clave es conocernos más, al ir cambiando y
evolucionando, nuestro estilo también va de la mano con eso. Por lo tanto, muchas veces hay que volver a redescubrirse en esa nueva fase.
Muchas mujeres experimentan un cambio en su perspectiva sobre la moda. Podemos decir que la juventud está mayormente asociada con la experimentación y la búsqueda de tendencias, pero con la madurez viene una comprensión más clara de lo que realmente favorece y define a cada persona. Las mujeres mayores de 40 tienden a optar por prendas que no solo sean elegantes, sino también cómodas y de alta calidad. Este enfoque en la calidad sobre la cantidad muchas veces se traduce en un ropero más versátil.
Algunos humildes consejos para saber cómo vestirte incluyen conocer tu cuerpo, saber qué te gusta o qué elegís resaltar y qué partes no tanto. Es importante probarse mucho, en modo ensayo y error, para comprender los cortes y las siluetas con las que te vas a ver más favorecida. Al mismo tiempo, contar con buenos básicos de calidad te va a ayudar y simplificar a la hora de no saber qué ponerte o cómo combinar tus prendas. Por básicos me refiero a prendas como una buena chaqueta de cuero, un vestido negro clásico y unos jeans que te queden a la perfección. Estas piezas atemporales pueden combinarse de múltiples maneras y, junto con otras, te van a ayudar muchísimo para poder expresar tu propio estilo.
Estilismo completo
Algo importantísimo que siempre nos potencia es el cuidado en los detalles y adquirir piezas que aporten a tu estilismo completo. Con esto me refiero a incorporar accesorios como collares, caravanas, cintos, bufandas, pañuelos, joyas y carteras que realcen tus looks y de esta forma poder incorporar tendencias actuales de la forma en que más lo desees, ya sea en pequeñas dosis o simplemente animándote a jugártela por algo fuera de lo común.
Personalmente, me encanta cuando veo mujeres acordes a su edad que caminan con estilo y seguridad por lo que son, más allá de una apariencia física, ya que creo que son mucho más que eso. Considero que no solo son referentes de moda para su generación, sino también para las más jóvenes, demostrando que el estilo y la elegancia no disminuyen con la edad, sino que evolucionan y mejoran. La moda, en su esencia, es una celebración de la individualidad, y estas mujeres ejemplifican perfectamente cómo abrazar el paso del tiempo con gracia y estilo.
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